Que todos los días es el día del niñ@ es algo sabido. Pero
no todos los días nos preguntamos de qué maneras tratamos a nuestros niños y
niñas. Y la pregunta va para todos: padres, docentes y la sociedad en general.
Y qué pasa cuando hablamos de niños y niñas discapacidad@s para referirnos a todas esas personitas que desde hace más de una década (o más)
se las incluye nombrándolas como seres con capacidades diferentes. Porque no da
lo mismo decirlo de una u otra manera.
El lenguaje, del mismo modo que abraza también lastima. Los
invito (y me invito) a aprovechar este próximo día del niño y de la niña para
registrar con qué palabras nos acercamos a los más peques de la familia. De qué
manera nombramos (y etiquetamos) sus formas de ser, de pensar, de actuar y de
sentir.
Una vez leí en un artículo que la principal diferencia entre
nombrar a personas con discapacidad en vez de nombrarlos con capacidades diferentes
está en el lenguaje, es decir en el significado que tiene para la sociedad
ambos términos.
Cuando hablamos de discapacidad lo primero que solemos
pensar es que son personas con menos capacidad que nosotros, inferiores. Lo
cual es un error terrible y muy cruel. En cambio, cuando incluimos al otro con
su capacidad diferente, está a la par de cualquier otro niño o niña, con
particularidades de su personalidad que no tienen por qué hacerlo sentir por
debajo de sus pares.
Lauti, mi hijo mayor, tiene capacidades diferentes, y fue él quien me ha enseñado a conectarme con partes
esenciales de la vida que, sin su ayuda muy probablemente se me hubieran pasado
de vista. Su integridad, su valor y
fortaleza me enseñan algo nuevo todos los días. En su aparente desconexión con
el exterior, hay un profundo encuentro con su ser más genuino, donde no existen
las comparaciones, los mejores y los peores, los más veloces ni los más lentos. Simplemente se es. Y se es muy feliz.
{Fotos: http://bleubirdblog.com/}
Deseo de
corazón que reflexionemos al respecto para ser cada día una sociedad más justa
y amorosa.
A mis hijos,
Lauti y Santi, y a tod@s los niños y niñas de este mundo, ¡muy feliz día!
Con amor,
Gaby.
Que lindas palabras! Amo la capacidas de mi hijo Borja a desmostrarme cuanto amor se puede dar y recibir y el festejo eterno por cada logro obtendido. Feliz dia!!!!
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