La loza y la porcelana son dos tipos cerámicas de las más requeridas y queridas a la hora de buscar vajilla para el hogar.
¿En qué se diferencian?
Este es uno de los interrogantes más habituales al que respondemos diariamente en Petite Margot. De ahí, este mini especial -habrán muchos más a lo largo del año-, que pretende esclarecer la inquietud de todos aquellos que comparten el amor por embellecer las mesas con vajilla de ayer, de hoy y de siempre.
Nuestra gran aliada, la porcelana, es reconocida en todo el mundo como un material cerámico producido de manera artesanal, y con el tiempo industrial. Tradicionalmente de color blanco, frágil, aunque muy resistente a los elementos calientes, siempre gozó de una excelente reputación en la historia de la vajilla de lujo.
En muchas ocasiones se reivindica a las creaciones en porcelana como parte del “arte mayor”, ya que su proceso de creación merece de verdadera dedicación y habilidad. ¿Conocen este proceso? Aquí se los detallo porque su paso a paso es determinante en la diferenciación entre ambos elementos. Comencemos con la composición de la porcelana = 50 por ciento de caolín, 25 por ciento de cuarzo y otro 25 por ciento de feldespato[1]. Para su elaboración, se mezclan todos estos materiales para crear una pasta que se moldea y cuece a 1000 ºC. A esta temperatura, la pasta se vitrifica. Después, se introduce al horno de nuevo a unos 1400 ºC, es por este motivo por el que la porcelana soporta mejor las altas temperaturas. El proceso finaliza con un pulido para un acabado brillante o bien, se deja en blanco o se decora a mano o con calcos. Es usual que los juegos de porcelana pasen de generación en generación, y junto al paso del tiempo se vayan renovando de charlas, encuentros y nuevas celebraciones familiares. El valor afectivo es algo no cuantificable. Hay quienes sostienen que la porcelana de color blanca es ideal para ser usada de manera informal y cotidiana, ya que siempre se muestra en excelentes condiciones. La loza, al igual que la porcelana, también es cerámica. La principal diferencia con la porcelana es la temperatura de cocción, que es mucho más baja. También la arcilla que se utiliza es más común y por eso el resultado final de las piezas es menos refinado. Se lo percibe pesado, más poroso y quebradizo. Es común que tienda a las rasgaduras, especialmente con el uso de los cubiertos. Independientemente de ello, la loza es de la más elegidas para el uso cotidiano y hogareño. Suele contar con una paleta de colores más amplia que las posibilidades que ofrece la porcelana y es menos onerosa. |
Loza John Beswick England |
¿Por qué la loza se cuartea?
Los platos, las tazas, las fuentes y demás elementos de esta familia están recubiertos por esmalte. En la porcelana, ambos elementos se cocinan a 1380º. De esa manera, no queda tensión entre los componentes. En cambio, en el caso de la loza, el cuerpo se cocina aproximadamente a 1100º, mientras que el esmalte a 50º menos, produciéndose una tensión que la vuelve más vulnerable. Cuando la loza se descascara, es común que se forme un halo amarillento alrededor de la rotura; eso sucede porque el material absorbe las impurezas.
Juego de loza Rose Chintz / Johnson Bros |
[1] Diccionario de términos de arte, Guillermo Fatás.
Bibliografía sugerida para mayor información sobre el tema.
Diccionario de materiales cerámicos, Carmen Padilla
Diccionario de términos de cerámica y alfarería, Antonio Caro